El Relative Strength Index (RSI) es un oscilador comúnmente empleado en análisis técnico.
Se trata de un oscilador de momentum que, a grandes rasgos, trata de comparar movimientos ascendentes y descendentes de los precios de cierre.
Sus valores se mueven en un rango de 0 a 100; el 100 indicaría la mayor condición de sobrecompra, y cero la de sobreventa. La literatura dice que se debe comprar la acción cuando su RSI sobrepase el nivel del 30 hacia arriba y debe venderse cuando llega a 70.
Hemos realizado una sencilla prueba con las acciones que en cada día de recomendación usando un periodo bisemanal formaban parte del S&P 500. Hemos probado la estrategia long-only de meter en cartera todas aquellas que traspasaran la barrera del 30 hacia arriba y venderlas cuando llegasen al 70. Otra opción hubiera sido ponernos en largo en las acciones que sobrepasen el 30 hacia arriba y en corto las que sobrepasen el 70 hacia abajo.
Este método, para los 10 posibles días de distribución, nos ha proporcionado carteras que a largo plazo aportan mejor resultado que el S&P 500 Total Return.
Comparando año a año el rendimiento de la cartera mediana en rentabilidad anualizada (5.60%), hemos observado que, a pesar de que hay años en los que la cartera sufre, no suele separarse mucho del benchmark. Y en años buenos, puede aportar bastante más rendimiento que éste.
Si te ha gustado este post, ¡anímate a leer el segundo! S&P 500 y Relative Strength Index II
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